Una Terapia desde la fe
Después de muchos años de trabajo en drogadicción, sabemos que el consumo de drogas llevan a un ser humano a las profundidades de un abismo afectando su área espiritual.
Reconociendo los grandes aportes de la psicología y la medicina en el tratamiento de las adicciones, no podemos dejar de resaltar la importancia de un buen abordaje espiritual en la vida de un adicto.
Una salud espiritual le permitirá al usuario una conexión con el mismo, con los que los rodea y con Dios.
Las fuentes que alimentan nuestro programa son desde los valores de vida y una espiritualidad católica.
El descubrir a través de Jesucristo a un Dios Padre que nos ama incondicionalmente y que su misericordia es infinita, repercute de forma positiva en la autoestima de cada persona.
Las drogas, como tantas otras mentiras que ofrece este mundo, son cadenas de esclavitud, cadenas que no dejan crecer a los que caen prisioneros y su mal cala hasta lo más profundo hasta llegar al el espíritu de la persona.
Solamente el Amor de Dios nos libera y sana toda herida, dando lugar así a la restauración de la persona como hijo de Dios.
Dejando claro que La Fundación Vida Nueva no impone ninguna religión y respeta la libertad de cada persona.
En Mateo 11, 28, dice: “Vengan a mí, todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré.
Distintos sacerdotes acompañan a la Fundación Vida Nueva.
Desde Santa Misa, la Eucaristía se convierte en alimento para el alma de los jóvenes que se encuentran realizando tratamiento.
Contamos con la bendición de poder tener nuestra propia capilla, con el Santísimo Sacramento, otorgado por el Obispado de Lomas de Zamora.
Donde todos los días nos encontramos en la presencia de Dios.
